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El Mono Gatica, con el corazón de Independiente
Una historia roja que vale la pena leer.
Hablar de Independiente es hablar de nuestra renombrada historia y las grandes glorias que nos llevaron, entre otras cosas, a ser el equipo que más veces ganó la Copa Libertadores.
Pero el Rojo es, además, el amor de los hinchas apasionados que acompaña al equipo y al club con el amor más sincero.
Ejemplo de esto es sin lugar a dudas uno de los deportistas que logró quedar en el imaginario popular argentino: José María Gatica.
El Mono fue un boxeador que dejó su huella en las décadas del ’40 y ’50 partiendo desde su Villa Mercedes natal, con su nacimiento un 25 de mayo de 1925.
Gatica independiente peleó de manera profesional entre 1945 y 1953, con combates memorables y grandes conquistas. Que lo hicieron cerrar una planilla de 96 peleas con 86 victorias (72 de ellas por KO).
Era querido por Juan Domingo Perón quien solía ir a verlo junto a Eva Duarte al Luna Park. Siendo en uno de esos encuentros cuando le esbozó su famosa frase “General, dos potencias se saludan”.
Pero más allá del boxeo, el Mono Gatica tenía una pasión. De sangre caliente, el púgil de peso ligero tenía su corazón todo rojo, era fanático de Independiente.
Su vida estuvo unida a Independiente como también en su lamentable y trágica muerte. La leyenda volvía de la cancha del Rey de Copas. Aquella tarde dos goles de Mario Rodríguez nos habían dado la victoria por 2-0 frente a River.
Gatica, de regreso del estadio aquel 10 de noviembre de 1963, intentó bajar del colectivo interno 16 de la línea 295 cuando cayó sobre la calle y fue arrollado por las ruedas traseras. Dos días más tarde, con apenas 38 años, murió en el Hospital Rawson.
José María tuvo su homenaje con el club de sus amores. Cuando sus restos por fin partieron a San Luis, el cortejo pasó por el Libertadores de América.
Su recuerdo permanece presente y sigue vivo. Como puede verse en la película que compartimos a continuación: “Gatica, el mono”, de Leonardo Favio.
