Columna de Opinion
El Rojo no tiene norte
En líneas generales, la dirigencia argentina no sabe de fútbol. Desconoce métodos de trabajo, sistemas, la potente inclusión de la tecnología, cómo mezclar de forma correcta entre la Primera División y las categorías formativas, la importancia del técnico como líder y hay más cuestiones.
Hoy Independiente está en un profundo problema. Cuando parecía que había encontrado un estilo (primero con Holan, que transformó todo y se tuvo que ir por la ventana; y luego con Beccacece, que fracasó rotundamente en un paso tan fugaz como olvidable), el Rojo no tiene norte deportivo.
El futuro no es promisorio. Para nada. Eso se vislumbra, se palpa, se ve. Los Moyano y compañía ya no cuentan con el apoyo de hace poco tiempo. La gente comenzó a cansarse, hubo insultos a los jugadores y reproches a los dirigentes, incluido el presidente, quien maltrató a un par de socios que fueron a pedirle explicaciones con mucho respeto.
Independiente es un club enorme, con una historia y una tradición cabal. No es un sindicato. Los que quieren una rendición de cuentas son los mismos que le brindaron un enorme apoyo a esta gestión, quien levantó a un gigante dormido. Pero eso ya pasó.
¿Cómo un club pudo haber triplicado su pasivo en un año? ¿Por qué, ante esta situación, se deliraron 15 millones de dólares en refuerzos de dudosa jerarquía en el último mercado de pases? ¿Por qué futbolistas que salieron del club (y hasta algunos llegaron a la Selección) tienen el cartel de vendibles cuando hace poco sólo hubieran salido por la cláusula de rescisión?
Acertar con el entrenador es un enorme desafío. Equivocados -o no- con Holan primero y Beccacece luego, se intentó seguir una línea. Berón fue el bombero y su futuro es incierto. En el medio, se mencionaron una montaña de apellidos, los cuales no coinciden justamente en esa línea futbolística. La secretaría técnica, indispensable en el fútbol de hoy para que sea nexo entre el DT y una CD carente de criterios, quedó en la nada. Fue una bomba de humo, coqueteando con figuras con un pasado de idolatría en algunos casos (Montenegro) y de respeto profesional en otros (Forlán y Frutos).
No hay norte. ¿Para dónde quiere ir Independiente?