Noticias
Goles son amores: a 47 años del primer grito del Bocha
La historia de Ricardo Enrique Bochini con Independiente parece haber sido escrita por algún romántico fanático del Rojo, sentado dentro del mismísimo estadio de la Doble Visera, en los tiempos en los que presumíamos tener la primera cancha de hormigón armado del país.
Solo así puede entenderse el cuento de uno de los jugadores más elegantes que ha dado la tierra, que atravesó durante tres décadas nuestro club regándolo de elegancia, pertenencia y títulos inolvidables.
Como toda buena trama, la del Bocha en Independiente, tuvo un comienzo en la red a la altura de lo que vendría después. Tal como si se tratara de una profesía.
Corría el 19 de noviembre del ’72. Bochini, como pocas veces en su carrera, esperaba en el banco de suplentes en la 8° fecha del Nacional. Había debutado con 18 años unos meses antes en la cancha de River y si bien su talento se veía a leguas, recién estaba dando sus primeros pasos.
La mano en la cancha no venía sencilla y lo hicieron saltar a la cancha en el segundo tiempo. Afuera Manuel Rosendo Magán, adentro Bochini.
Al Maestro, solo le bastaron 3′ minutos. Tiró una pared con Carlitos Bulla, entró con pelota dominada al área sobre el segundo palo y la punteó al primero del arco de un tal Ubaldo Matildo Fillol.
Fue así como un día como hoy pero hace 47 años atrás Ricardo Enrique marcó el primero de sus 108 goles con la camiseta más linda.
El detalle de esta historia es que el rival de esa jornada eran ellos. Como si hubiese elegido contra quien empezar.
Y si bien aquel partido se lo llevaron los rivales, uno de los pocos que tienen en el historial, no acusaron recibo de quién hizo nuestro gol en aquel 1-2. Como si se hubiese tratado de una profesía.
