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La década del Rojo

En Soy del Rojo vamos a repasar y analizar los últimos diez años de Independiente.

En Soy del Rojo vamos a repasar y analizar los últimos diez años de Independiente.

La década comenzó siendo positiva. En 2010, el Rey de Copas volvería a los planos internacionales y se consagraría campeón de la Copa Sudamericana. En ese torneo, derrotó a los rivales más complicados de cada país: Argentinos Juniors, Defensor Sporting, Deportes Tolima, Liga de Quito y Goiás. Si bien el equipo brasileño iba a jugar en la próxima temporada en la segunda división del fútbol brasileño, venía de eliminar a Peñarol, Avaí y Palmeiras. Lo terminó derrotando por penales y lograba un título internacional después de 15 años. En el campeonato local, terminaría último con 14 unidades.

El 2011 pudo haber sido un año totalmente exitoso, pero se hicieron las cosas de pésima manera y terminó siendo mediocre. Independiente iba a tener cuatro torneos internacionales para disputar. En todos le iría decididamente mal. No pudo consagrarse ante Internacional de Brasil en la Recopa y perdió en los penales frente al Júbilo Iwata en la Suruga Bank. No superó la fase de grupos de la Copa Libertadores. En la Sudamericana accedió a la siguiente ronda, pero quedó eliminado en octavos de final frente a Liga de Quito. En el Clausura sacaría 29 puntos, mientras que en el Apertura obtendría dos unidades menos. En la Copa Argentina se quedó afuera ante Belgrano en los 16avos de final.

Las malas campañas en el ámbito local se iban a seguir concretando. En 2012, el Rojo iba a terminar 16° en el Clausura y 18° en el Torneo Inicial. Este sería un año determinante para lo que terminaría ocurriendo en el siguiente. Las paupérrimas actuaciones hicieron que tenga que pelear por no descender.

El 2013 fue el peor año de la historia del Rey de Copas. Por primera vez, el Rojo descendía de categoría. Independiente pagó caro los errores que cometieron Julio Comparada y Javier Cantero, los dos principales responsables del descenso. Así, se transformaba en el cuarto equipo grande en bajar de división. Los otros fueron San Lorenzo (1981), Racing (1983) y River (2011).

Tuvieron que pasar 361 días para que el Rojo pueda retornar a la máxima categoría del fútbol argentino. Fue un tiempo realmente doloroso, con mucho sufrimiento en el medio. El tan ansiado ascenso se hizo esperar unos días más porque Independiente tuvo que disputar un desempate con Huracán en La Plata. Pero finalmente llegó. El Rey de Copas lo derrotaba 2-0, con los goles de Martín Zapata y Francisco Pizzini, y volvía al lugar de donde nunca debería haberse ido. Hugo Moyano se transformó en el Presidente del club y contrató a Jorge Almirón, quien tuvo un gran arranque y logró un cuarto puesto. La figura de ese equipo fue Federico Mancuello.

El 2015 fue distinto para el entrenador de Independiente y se tuvo que ir, tras obtener malos resultados. Era el turno de Mauricio Pellegrino, que venía de dirigir en Estudiantes de La Plata. El Flaco lo terminó colocando en la quinta ubicación del campeonato, pero quedó marcado por perder ante Racing en la Liguilla para ingresar a la Libertadores. Sus dirigidos no tuvieron una buena actuación en la Copa Argentina y además se fueron eliminados en los cuartos de final de la Sudamericana ante Independiente Santa Fe de Colombia, con una pésima performance del Ruso Rodríguez.

En el siguiente año, el torneo se disputó de otra manera. Al haber 30 equipos en la primera división, se dividió en dos zonas de 15. En la zona 1, Independiente terminó 3°, sólo por debajo de San Lorenzo y Godoy Cruz de Mendoza, y 6° en la tabla general si unías a ambos grupos. Así, el Rojo se clasificaba a la Copa Sudamericana 2017. Nuevo cambio de entrenador. Gabriel Milito llegaba al club y debutaba en la Copa Argentina frente a Defensa y Justicia, por los 16avos de final. Perdió 1-0. En aquel 2016, tampoco le fue bien en el ámbito internacional: eliminado en octavos frente a Chapecoense por penales.

Llegamos al mejor año de la década: 2017. Después de un paso efímero por el club, Milito dejó el club y llegó Ariel Holan, que venía de hacer una gran campaña en el Halcón de Varela. El entrenador le devolvió la identidad, lo hizo jugar un gran fútbol y por eso mismo terminó consagrándose campeón en la Sudamericana. Independiente derrotó a Alianza Lima, Deportes Iquique, Atlético Tucumán, Nacional de Paraguay, Libertad y Flamengo. Una actuación memorable. Y, como condimento, levantó el trofeo en el mítico Maracaná. El director técnico terminó potenciando a Fabricio Bustos y a Ezequiel Barco, que habían debutado con el Gaby.

El 2018 fue un año en donde alternó buenas y malas. Estuvo cerca de ganar la Recopa, realizó una buena tarea en la Copa Libertadores y ganó la Suruga Bank ante Cerezo Osaka. En el torneo local se realizó una campaña aceptable, mientras que el aspecto negativo se terminó dando en la Copa Argentina. En dicha competencia, el Rey de Copas iba a perder frente a Brown de Adrogué, por penales, en la cancha de Lanús.

Este año que culmina, terminó siendo totalmente negativo. En el primer semestre, se va Ariel Holan y llegó Sebastián Beccacece, un técnico que ilusionó a casi todos por lo realizado en Defensa y Justicia. El técnico entrante realizó prácticamente todo mal. No cumplió las expectativas y terminó durando 16 partidos. Se fue eliminado rápidamente en la Sudamericana ante Independiente del Valle, con un planteo totalmente defensivo en la altura, y quedó afuera de la Copa Argentina frente a Lanús en los cuartos de final. En el torneo local, Independiente terminó el año en la posición 15. Ahora la responsabilidad la tendrá Lucas Pusineri, quien hace una semana fue presentado como el nuevo entrenador del Rey de Copas.

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