La tarde que Independiente juntó a Ricardo Bochini con Marcos Galperin

Nadie lo esperaba. Nadie lo vio venir… Nadie lo quería.

La tremenda patada de Pablo Erbín terminó con la carrera de Ricardo Bochini aquella tarde del 5 de mayo del 91. Ese día, en el 1-1 frente a Estudiantes de La Plata, sería su último partido en Primera.

714 partidos, 19 años y 108 goles. Siempre para Independiente, para toda la alegría de la gente. Alegría y amor que siguen aún hoy, y se demostraba también meses más tarde, cuando el máximo ídolo de la historia del club asumía como entrenador del Rojo.

“¿Cómo se va a parar Independiente?, ¿en qué puestos el equipo está bien?, ¿qué nos pedís a los hinchas?”. La charla estaba servida. Las preguntas rompían la monotonía de la concentración de Ezeiza, y él tenía la palabra indicada para cada una de ellas.

Aquel 20 de agosto de 1991, días después de que asuma como nuevo DT , Ricardo Bochini junto a Guillermo Fren se sentaron sobre el césped junto a un grupo de hinchas de Independiente.

Para escuchar y para ser escuchados. Y todo, bajo la organización del periodista Gonzalo Abascal, que trabajaba por aquel entonces en El Gráfico, y logró llevar esta idolatría a un plano terrenal.

Diego Halle y Javier Goldstein, de 25 años; Diego Paternostro, de 32; Ignacio Mosteirin, de 20; y Juan Carlos Fuentes, comerciante de 53 años, fueron los que se sentaron aquella tarde junto al Bocha.

La ronda la cerraba un por entonces joven estudiante de Economía de 19 años. “Lo conocía por motivos familiares, sabía que era muy hincha de Independiente”, contó Abascal en una nota a SOY DEL ROJO.

Se trataba de Marcos Galperín, fundador de Mercado Libre, que precisamente recordó en las redes sociales esta charla: “Me acuerdo perfecto esta entrevista en el predio de Ezeiza para El Gráfico, el Bocha volvía para ser técnico de Independiente”, escribió en su cuenta de Twitter en enero.

“Yo conocía tres hinchas fanáticos de Independiente: uno era un chico que jugaba en Las Pumas, que era el ex-fullback Alejandro “Chirola” Scolni”, cuenta Abascal, que también destacó que precisamente el medio acostumbraba a hacer ese tipo de notas. Más humanas, más cercanas.

Porque el Bocha siempre se destacó por ello, por mantener su humildad.

“La foto de aquella tarde generó un revuelo en redes sociales, por ver allí a un Marcos (Galperín) tan joven”, siguió relatando el periodista, que además recordó la “profundidad” de diálogo ese día en Ezeiza, marcado por el “amor, el respeto y el cariño” hacia el ídolo.

“Los jugadores ya lo entendieron, y ahora lo tiene que comprender la gente, ustedes los hinchas. El Bocha no está más adentro de la cancha, ya no juega, no gana campeonatos”, comenzaba Fren ante la atenta mirada de los hinchas en el predio.

Y como suele suceder en algunos casos, a Bochini le consultaron si tenía temor a perder la idolatría. Agarró la pelota, esperó que pasen los defensores, y pateó.

“Mi etapa como jugador terminó, y la gente me demostró siempre su cariño. Ahora es otra cosa, trataré de continuar con una filosofía de juego, después se verán los resultados”, indicaba el Maestro.

Su campaña se inició formalmente el 3 de agosto de 1991, y después tendría un segundo paso por el Rey de Copas en el Apertura 2001, con Néstor Clausen a su lado. En aquella primera etapa con Fren disputó 46 partidos de los cuales ganó 12, empató 14 y perdió 16, con 49 goles a favor y 51 en contra, y con un porcentaje de efectividad del 45,23%.

Lo cierto es que aquella tarde de agosto del 91, y meses antes de su partido despedida en la Doble Visera, Ricardo Bochini eligió sentarse junto a ellos, que a su vez representaron a todos los hinchas del Rojo.

Los hinchas que querían saber, los que lo amaban. Y los que lo seguirán amando.

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