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Crónica de una muerte anunciada
El título de la novela del escritor colombiano, Gabriel García Márquez, encaja perfectamente en lo que fue el ciclo del entrenador, Leandro Stilitano, en Independiente, ya que, si bien comenzó con un triunfo sobre Talleres en Córdoba, a lo largo de las 8 fechas que dirigió no se le vio un hilo conductor al equipo ni una idea clara en el juego.
El Rojo tan solo acumula 8 puntos en 8 jornadas disputadas, es decir, sacó un tercio de los puntos posibles. Sin embargo, la estadística más fulminante es la de que en 4 partidos en condición de local (12 unidades) obtuvo apenas 2. No sólo es grave la poca cantidad de coeficiente que cosechó el equipo de Stillitano, si no que, además, frente a rivales menores como Platense, Instituto y Colón, por ejemplo.
El partido con el Sabalero fue fatídico desde todo punto de vista: no sólo que los santafecinos nunca ganaron en el torneo, sino que, el local jamás pudo superar al rival en 90 minutos de juego. A eso hay que sumarle el garrafal error de Baltasar Barcia, tras cometer ese insólito penal que dejó sin los tres puntos a Independiente.
De todos modos, si lo del uruguayo no ocurría, desde el lado del conjunto de Avellaneda fue, una vez más, decepcionante. No puede generar vías de gol si no es por intermedio de penales, la circulación de la pelota por momentos cuesta horrores y hay errores básicos que se cometen partido tras partido.
El principal problema es la defensa, a la cual el DT cambió 8 veces en 8 encuentros. Habla a las claras de que no encuentra solidez en ese sector y que los intérpretes no le convencieron a la hora de jugar. Y está claro, porque la parte defensiva es la más floja: cada vez que le llegan o le convierten o le genera una jugada de peligro. Va a ser el principal problema a mejorar que tendrá Pedro Damián Monzón en las próximas horas.
Leandro Stillitano dejó de ser el entrenador de Independiente.
El próximo rival del Rojo será, ni más ni menos, que San Lorenzo, aquel equipo de Rubén Insúa que lidera la tabla de posiciones. A priori, el peor adversario que le podría haber tocado a los de Avellaneda. Pero a no adelantarse, porque esto es fútbol y los partidos hay que jugarlos.
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