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El Uno x Uno de Independiente en el clásico
Pasó un nuevo clásico de Avellaneda e Independiente y Racing terminaron repartiendo puntos con un 1-1.
Se terminó el primero de los dos duelos con los vecinos que, a priori, tendrá este 2025.
Rodrigo Rey (7): El capitán del Rojo evitó de todo. Fue de lo mejor.
Federico Vera (2): Esta vez al lateral derecho le costó muchísimo. Lo amonestaron temprano.
Kevin Lomónaco (5): Mucho menos seguro que de costumbre. Levantó un poco en el complemento.
Sebastián Valdéz (4): A tono con su compañero de zaga. Muy dubitativo.
Álvaro Angulo (8): El colombiano fue el que más intentó. Tal vez abusó de los centros, pero siempre fue una opción y marcó el empate. Entendió cómo había que jugar el partido.
Iván Marcone (4): Volvió a jugar y le costó. Mejoró un poco en el complemento.
Felipe Loyola (5): Pipe tampoco tuvo su mejor tarde. Terminó jugando de lateral.
Lautaro Millán (3): El chico casi no gravitó en el encuentro. Dejó la cancha en el descanso.
Santiago Montiel (5): Quien más lo intentó. No siempre decidió bien.
Diego Tarzia (3): Discreto partido del zurdo que salió en el entretiempo.
Gabriel Ávalos (4): El paraguayo casi no tuvo situaciones de peligro, pero las peleó todas.
Luciano Cabral (6): Mejoró a Independiente. Asistió a Angulo en el gol.
Santiago Hidalgo (5): Se paró a la derecha y tuvo aciertos y errores.
Pasó una nueva edición del clásico entre Independiente y Racing.
El rol de la gente de Independiente
Lo del público no se puede dejar pasar. El hincha del Orgullo Nacional se acercó desde bien temprano al estadio para empezar a vivir el clásico.
Para ser justos, todo comenzó el miércoles pasado cuando se pusieron a disposición los bonos para las tribunas sociales y luego las plateas.
Las entradas para las tribunas Pepé Santoro y Chivo Pavoni Baja/Alta se agotaron en menos de 1 minuto, mientras que las plateas y las Gargantas se vendieron en un total de 15 minutos.
En cuanto a esta jornada de domingo, se gritó por el club más laureado de Avellaneda. Hubieron muchas banderas, papeles, humo rojo y un ruido ensordecedor.
No debería sorprender a nadie. A lo largo de los años los socios y socias dimos sobradas muestras de amor para con este escudo y hoy no fue la excepción.
Cuando terminó todo, el grupo de jugadores se juntó cerca del círculo central y agradeció mediante aplausos por un apoyo ejemplar.
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