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Hito único en la historia de un clásico

¿Salir campeón o el descenso del rival de toda la vida? Una pregunta que se hacen todos los equipos del mundo, menos uno.

En la imborrable tarde del 22 de diciembre de 1983, Independiente ganaba el Campeonato de Primera División (también conocido como Metropolitano) luego de vencer por 2 a 0 a Racing Club en la Doble Visera. Hasta ahí no era nada nuevo, se trataba de la tercera vuelta olímpica del Rey de Copas en un Clásico de Avellaneda ¡en tan solo 16 años! Con la particularidad de que Racing descendía de categoría.

Racing perdía 4 a 3 con su homónimo de Córdoba cuando se suspendía el partido por incidentes, el resultado quedó inconcluso con pocos minutos por jugar y con un asterisco en la tabla de posiciones. Durante la semana se hablaba de un descenso virtual de la Academia porque si perdía, descendía. Finalmente quedaría ese marcador pero con el antecedente del Ferro-Racing de días atrás, que se había suspendido también por incidentes y continuó.

En la última fecha Independiente recibía a Racing y con un triunfo se consagraba luego de 5 años, si ganaba el visitante le aguaba la fiesta y quién sabe si exigirían jugar aquellos minutos restantes para ir por la heroica.

El equipo del “Pato” Pastoriza formó con: Moriconi; Zimmermann, Villaverde, Trossero, Clausen; Giusti, Marangoni, Burruchaga; Bochini; E. Sánchez y Percudani.

El primer tiempo fue parejo y recién a los 43 minutos Giusti, con un derechazo cruzado, pudo abrir el marcador para los Rojos. A los 5 minutos de la segunda parte Trossero, desde afuera del área, ponía el 2 a 0 final para desatar una fiesta interminable en Avellaneda.

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