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Por amor al Rojo

En Soy del Rojo recordamos a Juan Romay.

Un 28 de febrero, pero de 1925, nacía Juan Manuel Romay, quien vestiría la camiseta de Independiente con la ayuda de Eva Perón cuando le impusieron jugar en Racing.

En 1948 su anterior club (Lanús) tenía todo arreglado con Racing. El jugador estaba amenazado por Ramón Cereijo (Ministro de Hacienda, muy vinculado a Racing: compraba y retenía jugadores, lo ayudaba siempre y aprovechaba sus influencias, le consiguió un crédito demasiado generoso para construir el estadio actual, etc). “Pibe, si no juega en Racing, no juega en ningún lado”, le había dicho. Pero la pasión de Romay por Independiente y el deseo de jugar en el club de sus amores, en lugar de ir al clásico rival, lo llevó a recurrir a la figura de Evita, a través de José María Freire, Ministro de Trabajo e hincha del Rojo.

Juan Romay le comentó a la Primera Dama su condición humilde y las ganas de jugar en el club que él eligiera sin que se lo impusieran. Y gracias a esta reunión pudo llegar al Orgullo Nacional, que también lo requería y todavía estaba buscando un “reemplazante” (entre comillas porque el goleador más grande de la historia fue irremplazable) para Erico.

Se dice que Evita no tragaba las actitudes de Cereijo (por quien muchos creen que Perón era de Racing) ni sus ayudas constantes a Racing, al punto de llegar a hinchar por Banfield en un desempate. En años en que “La Academia” fue tricampeón, con Cereijo como hombre fundamental: al estallar la huelga de 1948, el Ministro se encargó de que Racing no se desarmara como los demás y hasta les retuvo los pasaportes a los jugadores abusando de su poder como funcionario público. Y al mismo tiempo obtenía un crédito millonario y muy beneficioso para el club. Todo esto, según Evita era una fuente de impopularidad para el gobierno.

El debut del “Mazorquero” fue soñado, convirtió 3 goles en un 10-2 a Rosario Central. Y en su primer año ya saldría campeón.

Romay jugó 61 partidos entre 1948 y 1951, marcando 36 goles.

El reconocido Alejandro Romay, quien fuera un ícono de la TV argentina (ex dueño de Canal 9), adoptó el apellido del ex jugador del Rojo porque era su ídolo.

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