Columna de Opinion
Adiós Turco Wehbe
Supo llamarlo “Duende” al Bocha cada vez que lo nombraba como supo reconocer las grandes triunfos del Rojo incluso ante los rivales de su Córdoba amada donde nació y vivía y evocar las epopeyas escritas por nosotros para siempre.
Supo sentirse junto con todo el fútbol argentino dolido e indignado hasta la médula por nuestro momento peor en el 2013 señalando errores y horrores cometidos.
El Turco Osvaldo Wehbe escribió una página fantástica del periodismo deportivo. Además de su voz privilegiada y la facilidad para el relato estaba dotado de una imaginación y creatividad con poesía noble sin dramatismo que llevaba al papel y de ahí al micrófono de una manera única por su belleza y profundidad.
Necesita el fútbol de aquellos pocos como el Turco Wehbe que lo sepan mirar y explicar.
De aquellos que nos ayudan a desarrollar el pensamiento crítico que nos da la libertad y permite pensar que las cosas siempre pueden ser distintas de lo que simplemente creemos y vemos. Que podemos acordar o no con lo que recibimos pero que antes hay un tiempo para reflexionar e interrogarnos qué es imprescindible.
Las páginas del Turco Wehbe quedarán en la memoria de muchos de nosotros. Reseñas de momentos, semblanzas de jugadores, historias y frases. Como cuando dijo que el beso es como un gol, o cuando afirma que el día del futbolista es cada día pero sobre todo el 30 de octubre cuando nació Maradona. Me dio mucha pena la noticia de su fallecimiento.
Durante muchos años era una obligación para mi esperar entre semana poder escucharlo desde la radio contándome algo, emocionándome y enseñándome a mirar. Sí, así de esa manera, porque el Turco Wehbe lograba esa magia que hacía que estableciera con su hablar un diálogo personal entre él y quién lo escuchara.
El fútbol tiene muchos actores. Hoy se fue uno muy grande y que merece el recuerdo permanente: El Turco Osvaldo Wehbe.
