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Columna de Opinion

Ejemplos que nuestro fútbol siempre necesita

Velasco es disruptivo en Independiente y para el fútbol. Solo él y el transcurso del tiempo dirán cuán profunda será esa sorpresa y hasta dónde llegará. Lo cierto que es por su habilidad innata para el juego con el que ya comienza a seducir y por sus formas de conducirse asoma como alguien distinto, diferente.

Me importan más sus formas en este momento pues me impactaron sus declaraciones y creo oportuno detenernos en ellas: “…un saludo a mis padres… Los quiero mucho”, esa fue la primera, dichas ante las cámaras después de su gran partido frente a Vélez Sarsfield donde muchos pudimos descubrirlo. Son declaraciones sencillas dichas cuando suponemos que las pulsaciones están en su nivel más alto y que un periodista a las apuradas intimida. La segunda: el permanente agradecimiento y recuerdo a su abuela. Un reconocimiento tan profundo como permanente al apoyo que le dió desde siempre incluso cuando no había nada para dar. Palabras simples pero que dejan al descubierto una humanidad y sensibilidad más que necesarias en nuestro tiempo.

Con seguridad similares tributos de amor hechos público y gigantes como este desde Maradona a su madre la Tota hasta Pusineri besando la foto de su abuela, podemos encontrar en archivos de revistas especializadas como el Gráfico, Goles, o Sport; releyendo libros hermosos como “Yo el Bocha”, “Kun Agüero Mi Historia”, o los cuentos en “Pelota de Papel” por citar algunos o tan solo entrando en los buscadores de internet. Es un trabajo hermoso que invito a hacer sobre todo a los más jóvenes en estas horas de encierro obligado, en que estamos solos junto a los que más amamos, pudiendo vernos más, interactuando de otra manera, proponiéndonos actividades compartidas, inventándonos diálogos y juegos.

Son tiempos en que las cuestiones más nobles y simples empiezan a tener más fuerza. A brillar con más intensidad.
Es por eso  que lo que Velasco dice y como lo enuncia irrumpe como algo distinto y refrescante en “este tiempo del fútbol y de Independiente”.

Debería ser un llamado de atención a sus pares y los más chicos  que vienen detrás, señalándoles que el éxito y la fama no están divorciadas de los afectos, la contención, la sensibilidad, la humildad. Que no se logran los objetivos solo por uno mismo sino que va acompañado de esfuerzo compromiso compartido y con una mirada hacia adelante en común. No se llega al éxito bajo la bandera del sálvese quien pueda.
Es un llamado de atención en un fútbol en el cual tristemente sabemos que  la moneda de cambio corriente es el mal trato.
El Ruso Verea supo decir en una oportunidad que: … “el fútbol necesita una revolución y que se debe entender que son los clubes los que potencian a los equipos no al revés”. Dicho de otra manera: un equipo de fútbol va trascendiendo, cuando desde la dirigencia se piensa a largo plazo al club y no solo el momento en que se lo conduce. Basta darse cuenta que seguimos llamándonos Rey de Copas y Orgullo Nacional por lo que fuimos por lo construido hace ya tiempo.

Mercantilizado sin límites indiferenciado ya que todo es o da  lo mismo ya sea un cargo directivo aquí o allá, un reglamento que se ignora o acomoda porque sirve o no sirve según convenga, pautas de disciplina que a veces son válidas y otras de pronto no, un horario de partido que se reprograma en forma antojadiza, jugadores que se compran se venden y se prestan sin más ni más. Códigos de ética pública que se adaptan a los deseos personales dando la espalda a la sociedad. El fútbol se muestra así ante nuestros ojos.

Jorge Valdano, a quien da el mismo placer leerlo como daba al verlo jugar, dijo hace pocos días en una entrevista en Clarín al periodista Tomás Rudich que “… Es imposible en Argentina saber a qué atenerse incluso a mitad de campeonato …Además desapareció la Superliga con toda la estructura que se había creado, un principio de seriedad que queda otra vez puesto en duda. Parece mucho más un cambio que tiene que ver con ambiciones de poder que con la salud del fútbol. Es esta cuestión de empezar de nuevo cada cierto tiempo…Es lo peor que se puede hacer dentro de un medio que requiere de estabilidad”. Y aparece en el presente de Independiente Velasco con sus afectos y gratitud, sentimientos y valores que nos dicen que hay otra dimensión también para mirar.

“…Entré al vestuario y no hablé. Nico Domingo fue el primero en acercarse, me preguntó la edad y se sorprendió porque me llevaba el doble”, cuenta Velasco en el reportaje. Lo que seguro Nico sintió bien adentro o mejor dicho pudo ver, es su vida misma. El día que él entró por primera vez a un vestuario, quien se le acercó, como lo guiaron y todo lo que recorrió después.

Es un buen ejercicio detenernos en estas cosas, escuchar a Velasco, y ver también los vídeos del Chino Romero y su hijo. Hurgar en los cajones para ver los añejos artículos periodísticos y redescubrir a los “viejos jugadores cuando eran jóvenes”, sus historias personales y prestar atención a lo que la vida profesional les enseño, pues ellos  hablan de la vida.

Este tiempo que nos toca vivir, pone en jaque muchas de las formas a las que nos hemos acostumbrado y que nos hacía  sentir eternos e invencibles. Ya vemos que no es así y nuestra forma de comportarnos y relacionarnos será diferente después de esta crisis que estamos atravesando.

Y el fútbol también deberá de cambiar. Deberá ser humano ante todo.
La primer responsabilidad es de los que se asumen como dirigentes.

@clauavruj

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