Columna de Opinion
El Rojo no se olvida de Cabezas

José Luis Cabezas iba a la popular de La Visera con su padre y desde muy chiquito no concibió otros colores que los de El Rojo, en su corazón fotográfico y noble.
Independiente era más que el fútbol. Era la historia de su padre, José, que había emigrado de su pueblecito en España, Estepa, en donde, me contaba José Luis, llegó un momento en el que para comer solo tenían los higos mas altos de las higueras, porque los de abajo ya habían sido tomados por los chicos, que trepaban metódicamente para conseguir los últimos en las alturas y después, nada, de nada. Ni higos ni nada.
Como tantos llegaron a éste país con los bolsillos vacíos y el espíritu de trabajo y una pasión que los contenía de tantas desdichas, e Independiente les dio felicidades austeras, pero enormes y José Luis las vivió de chiquito y hasta el final, Tras su asesinato, tan vil y doloroso, un grupo de periodistas ingresamos al campo de juego con un estandarte en el que se leía lo que nunca hay que olvidar; “No se olviden de Cabezas” y desde las tribunas llenas bajaba un aplauso vibrante, de duelo y de homenaje que siento hasta hoy en el pecho. Siempre pensé que gracias a José Luis Independiente se volvió aun mas grande. Como escribió Oscar Wilde, “allí donde hay dolor hay terreno sagrado”.
Hoy es el aniversario del asesinato de José Luis. Por esas casualidades, esas carambolas es también el cumpleaños de Bochini. Me hubiera gustado celebrar solo esto y no dolerme por lo otro. Pero el Bocha también le dio felicidad a José Luis, y también eso hay que agradecerle. En la popular de La Visera, que en algún lugar sigue existiendo, José Luis mira los partido con su padre, porque El Rojo, no se olvida de Cabezas.