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Columna de Opinion

En Independiente, Arquero se dice Santoro

Nunca olvidé y no lo haré aquel clásico de Avellaneda en la Visera del 4 de agosto de 1974. Ese día fue para mi de los más tristes. Ganamos 2 a 0 con goles de Saggiorato y Bochini, pero mi vista quedó pegada al momento que Santoro levantó con su brazos a Carlos Gay y nos los mostró a todos como su sucesor.

Santoro partía a España a jugar en el Hércules.

De chico lloré varias veces por Independiente con motivo de alguna goleada recibida, una final perdida e incluso una broma que sentí muy pesada.

Pero el dolor más fuerte para mi fue saber que Pepé Santoro dejaba nuestro arco.

Eran tiempos en que para nosotros el Jugador, la Camiseta y el Hincha era una unidad indestructible y eterna.

Los jugadores quedaban años en el club y generaban una empatía muy fuerte con la gente. Para siempre.

Dias antes supe la noticia.Yo cursaba el 2° año del Comercial, recuerdo haber llegado a casa al mediodía. El almuerzo estaba siempre acompañado del hermoso ritual de escuchar Radio Rivadavia y a Antonio Carrizo en la Vida y el Canto. De pronto irrumpe el gordo García Blanco y en su micro de deportes nos informó que Independiente había oficializado la venta de Santoro al Hércules equipo ganador del ascenso en el fútbol español.

Recién concluía el Mundial 1974 y Santoro estuvo allí.

El nudo en la garganta no me dejó seguir comiendo. Me recluí en mi cuarto cuyas paredes estaban tapizadas de fotos y pósters pegadas con chinches y donde las de Santoro eran mayoría absoluta. Lloré de pena y bronca.

Decir de memoria la defensa: Santoro/ Comisso/López/Sá/Pavoni ya no iba a ser posible. Nunca más.

Para mi no hay posición en la cancha más bella que la de arquero. Tratando de imitarlo (mal por cierto) me hice arquero en el colegio y sigo así hasta hoy en el fútbol de amigos.

En la cancha me pasaba la mayor parte del tiempo de los partidos observándolo a él y cuando venía a ocupar al arco de la Visera, detrás del cual siempre yo me paraba creía totalmente convencido que me veía a mi por sobre los demás cuando lo aplaudíamos y cantábamos su nombre: ¡Santoooooro, Santooooro! o ¡Pepe Corazón, Pepe Corazón! en un gesto de devoción y agradecimiento eterno.

Es que el fútbol es eso: pasión, amores, identificaciones.

Dejó huella en mi pero lo más importante es que tras él, “nuestro arco es enorme y es a la vez como un santuario el cuál sólo los elegidos pueden ocuparlo”

Y hoy que es el Día del Arquero en Argentina, en homenaje al cumpleaños de un gigante como fue Amadeo Carrizo, debemos aplaudir de pie y recordar junto a Santoro, a grandes arqueros que nos dieron alegrías imborrables Gay, Balley, Goyen, Pereyra, Islas, Faryd Mondragon, Leo Diaz, Ustari, Navarro, Campaña. Arqueros que quedarán por siempre en la historia grande del club.

Pepé Santoro un día volvió y no se fue más. Lo hizo para brindar su mirada, su experiencia, su entrega en la formación de arqueros en el club.

Es un capital profesional y humano que nos da brillo y del cual debemos estar orgullosos y agradecidos cada día.

Hoy es el día del arquero en Argentina. Y hablar de ellos en Independiente hoy y por siempre será hablar primero de Miguel Ángel “Pepé” Santoro.

@clauavruj

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