Columna de Opinion
Porque quiero a Marcone
Me gustaría ver a Marcone con la camiseta de Independiente con la 5 en la espalda. Me gustaría verlo saludar desde la mitad de la cancha porque sé que lo hará emocionado porque sabe de qué se trata. Me gustaría verlo abrazado en un gol porque sé que llevaría el abrazo de todos los que estamos afuera. Me gustaría verlo porque representa mucho más que la compra del gran jugador que es.
Marcone es la antítesis de lo que sucede en Independiente hoy.
Es la puntada inicial para recomponer la mística que tanto añoramos y necesitamos volver a sentir.
Marcone y el mensaje de Martínez desde el Arsenal inglés son los exponentes que el fútbol necesita y que Independiente requiere como el aire, para oxigenarse y seguir.
Quien de los hinchas diga que no fantaseo alguna vez en ser jugador, técnico o presidente del miente.
No me avergüenza reconocer que millones de veces soñé incluso despierto desde la platea con ser el arquero del rojo; vivir ese momento de gloria de pararme con el equipo de mis amores para la foto y recibir la la ovación del público; atajar esa pelota imposible o el penal de un campeonato. Me imagine, como muchos, miles de veces parado en la línea de cal dando indicaciones y arengando sobre todo cuando las cosas no salían del todo bien, incluso reflexione en soledad qué decisión tomaría en tal o cual escenario, traer o vender jugadores, como priorizar las inversiones que el club necesitaría.
Marcone representa eso. Seria como hace tiempo Independiente no tiene.
Alguien que ama a Independiente y que pide jugar en Independiente.
A medida que se lo súper profesionaliza y mercantiliza a niveles imposibles de comprender para la mayoría de la gente, el fútbol se niega a conceder su parte más humana: El valor de las emociones positivas y la gravitación que ellas tienen al llevar a cabo los proyectos.
Más exitoso será quienes tomen las decisiones sin olvidar lo que miles de personas anónimas sienten y esperan de cada paso que se da.
Por ello estoy convencido que Marcone debe jugar en Independiente, el tendrá un crédito enorme basado en la confianza que muchos otros desperdician y maltratan y que difícilmente recuperen.
No siempre tenemos la suerte de tener buenos jugadores que gritan desde adentro: “Señores yo soy de Independiente, somos el Orgullo Nacional.…..”
Es una gran oportunidad. Necesitamos volver a creer y eso se logra con quienes se presenten creíbles y confiables.
Es una gran oportunidad.
¡Si! Lo es.
