Columna de Opinion
¿Y si miramos al Bayern? ¡Le dicen “Die Roten”, los Rojos!
Lo que sucede con Messi y el Barcelona, que es similar a lo que ocurrió con tantas otras figuras a lo largo de la historia, nos debe servir de ejemplo para lo que queremos a futuro en Independiente.
No hay personas irremplazables en la vida de las instituciones.
Lo sabemos, es una frase remanida que la escuchamos y decimos repetidamente pero igualmente cada tanto hacemos lo imposible por ignorarla y así engañar y engañarnos.
No hay jugadores como tampoco hay directores técnicos ni dirigentes que sean insustituibles ni que sean para siempre. Y no los debe haber.
La derrota de semanas atrás frente al Bayern Munich puso en evidencia dos procesos bien definidos.
Un modelo institucional pensado y desarrollado con proyección en el tiempo, sostenido en un firme compromiso de proyección y con una clara visión compartida por todos los estamentos versus otro proyecto institucional diferente planificado en torno a las individualidades.
Presupuestos inconmensurables puestos y administrados en pos de objetivos claros que se sustentan en la historia e imaginan futuro a largo plazo contra recursos igual de voluminosos enfocados fundamentalmente en salarios astronómicos para logros inmediatos.
El poder real en institución versus el poder delegado a los jugadores.
Eso es lo que puso en evidencia la Champions. La confirmación de los caminos elegidos.
Los resultados buenos y/o malos, gloriosos o vergonzantes siempre son consecuencia de algo previo. También lo que de ellos llega después: consolidación o destrucción.
Lo cierto es que una derrota catastrófica puso en la superficie problemas estructurales que se sabían y se disimulaban: la relación dirigentes/dirigidos; el control del vestuario; la autoridad del director técnico; la mirada de corto plazo. Toda similitud con nuestra realidad no es pura coincidencia
La novela Messi/Barcelona se nos presenta como un espejo. Y es oportuno mirar con detenimiento.
No hay jugadores, técnicos y dirigentes irremplazables. Hay quienes son importantes en determinado momento tan solo eso.
Ayer y hoy ocupa mayor espacio en el mundo la novela en torno a Messi y el fútbol, que la pandemia o la advertencia sobre los alimentos en el planeta. Y me pregunto: ¿en qué influye en la vida real de cada uno de nosotros, donde jugará y cuánto ganará?
Incluso se llega a lo inverosímil de jugarse la pulseada si es el jugador o es el presidente la respuesta a una crisis como si la vida de una institución se pueda diluir en esa ecuación. Solo leerla nos debe producir espanto.
Esta historia de Messi y el Barcelona debe ayudarnos a pensar y repensar el lugar que le damos a los protagonistas y cuál es nuestra responsabilidad como hinchas cuando se los damos.
Aquí en Argentina nos encanta y enorgullece decir que somos de un club porque nuestros padres lo fueron y que esa tradición la continúan nuestros hijos pero no reparamos que para que esto sea así y que esa cadena exista debe haber institución e institucionalidad por sobre las protagonistas. Debe haber un cuidado de todos en el momento que les toque. En las buenas y en las malas. Y en estas últimas más aún.
Me gustaría que Independiente imite al Bayern Munich.
Que de una buena vez encontremos el camino que nos saque del corto plazo o el supuesto éxito fácil, (que además llega en cuenta gota).
No es imposible, podemos empezar a andar ese camino. Tenemos cosas en común.
Ellos visten de rojo como nosotros y les dicen Die Roten, Los Rojos como a nosotros, y al entrar al campo de juego les cantan Mía San Mía: Nosotros somos Nosotros. .
Ellos empezaron hace mucho y siguieron por ese camino. Nosotros también pero en un momento nos perdimos como dijo Sacheri.
Es hora de encaminarnos nuevamente y de pensar en lógica de proyecto, teniendo siempre presente que los hombres y mujeres pasan, quedan las instituciones.
Esa es la verdad.
Eso es lo que debemos mirar. No es poca cosa.