Columna de Opinion
Una platea por 100 pesos
El sábado 27 de agosto de 1994 a las 3:00 de la mañana me desperté para ir a Avellaneda a comprar entradas para el partido de ese domingo 28. Independiente llegaba un punto abajo de Huracán y si le ganábamos de local en la Doble Visera éramos campeones.
Yo tenía 17 años y por supuesto, para ese entonces ya lo había visto dar la vuelta al rojo un par de veces.
Mi sorpresa fue que cuando llegué a la sede muy de madrugada con un amigo la cola para conseguir entradas era de 7 cuadras. Por supuesto que nos quedamos y por supuesto que a las 2 o 3 horas se había agotado todo para ver a Gustavito, Dani, Rambert y el palomo.
Volví a mi casa con las manos vacías pero lleno de bronca. Pero también volví pensando de qué manera podía llegar a entrar a la cancha ese domingo. Yo venia siguiendo al rojo por casi todos lados y ese era el último partido, tenia que estar!
Más de 20 años después los recuerdos se deforman tanto que ya no se cómo fue que el dueño de la rotisería de enfrente de mi casa me ofreció una platea para ver el partido por 100 pesos. Uno piensa hoy, ah 100 pesos qué barato! Pero no nos olvidemos que estábamos en el 1 a 1 y 100 pesos eran 100 dólares! Algo así como 13000 de hoy!
Con un poco de ayuda familiar hice una vaquita y la compre! Tenía que estar y estuve!
Nunca en la vida me voy a arrepentir de la inversión que hice para ver dar la vuelta a uno de los mejores equipos que del rojo tuvo. Esa tarde bailamos al globo 4-0 y salimos campeones con un carácter y una autoridad futbolística que pocas veces volví a ver.