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Columna de Opinion

Duele Independiente

Si a alguno le preguntaban cómo se iba a sentir justo el mismo día, dos años después de haber ganado en el Maracaná, lo que menos imaginaba era como estamos todos los hinchas de Independiente hoy. Dolidos, tristes y preocupados. Muy preocupados.

La sensación luego de perder un partido diría que es transversal a todas las camisetas, todos los hinchas que ven perder a su equipo, sufren más o menos lo mismo.

El tema es: ¿Por qué a nosotros, a los hinchas de verdad, ese dolor que nos genera ver perder a nuestro equipo, nos deja una fea, oscura sensación que trasciende al resultado? Puede ser por muchas razones, alguna de ellas vamos a repasar y que reflejan este momento deportivo e institucional que hoy vivimos.

Sólo un inútil podría desconocer la primera gestión de Moyano, que demoró en encontrar el rumbo deportivo y sí lo hizo recién con Holan, de quien que sabemos todo lo bien que hizo en ese “primer contrato”, valorizando jugadores, revalorizando la marca y haber puesto deportivamente al Rojo en ese lugar que nos contaban nuestros ancestros y sacando al equipo campeón.

Se había puesto a funcionar un club sin funcionamiento, sin recursos, con las mínimas condiciones para llamarse club y que, además, le sumó poner de pié una infraestructura ejemplar (las formas, otro día las discutimos), haciendo todo lo que restaba completar y generando obras nuevas. Todo ganancia, inobjetable, dinero en las cuentas del exterior, compraba barato, vendía caro. Bien administrado, con las dificultades de un club tan grande como éste, pero lógico, previsible, razonable y con personas que colaboraban en esa Comisión Directiva que evitaban que “los vivos de siempre” quieran hacer una chantada en el medio de los festejos. Hasta ahí todo ideal, o casi, lo más parecido a un club normal. ¿Qué pasó después? Lo peor.Independiente fue ese campeón de box, donde los “amigos del campeón”, los que no estaban, los que nunca habían aparecido hasta ahí, llegan para quitarle todo lo que genera, los logros, las buenas prácticas, la guita…todo.

Una vez, durante esta gestión, le dije a un directivo que sabía que en una de las obras del estadio, alguien había querido hacer una picardía determinada y que el presidente lo había resuelto. Me dijo que tenía razón, que él también sabía y que a esa persona la iban a echar. Esa persona es referente de muchas cosas hoy. Ese día, me di cuenta que nada iba a cambiar…

Se fueron unos, llegaron otros, los peores, los que habilitaban lo turbio, los que le dijeron que sí a todos, a los técnicos, los representantes de los técnicos, a los que se gastaron lo que no tenían, a las aves de rapiña, a los que comprometieron el futuro del club vaciando los ahorros de las ventas en pases innecesarios y de dudosa procedencia. Deudas con los jugadores, negadas permanentemente con un énfasis más frágil que la defensa de ayer, rebelión interna, generar interna un clima de tensión pagándole a ciertos jugadores una cifra y a otros una menor.
Esos están dando vueltas hoy, viviendo una realidad paralela, donde lo más preocupante no es perder un partido sino no tener claro hacia dónde vamos como club.

Del Berón 2020 hasta la reunión con CrespoKohan, de la Secretaría Técnica en agosto, las ocho reuniones con Rolfi Montenegro, la promesa que la iba a integrar hasta Berón que también sería parte, sin olvidar que antes les dije que el mismo Berón que integraría esa secretaría, era el técnico en el 2020. Todo dicho por las mismas personas. De locos.

¿Ven por qué este club es imposible? Quienes conducen en Independiente, Como dice La Bersuit, viven una “Sideral Desconexión” entre lo que dice y lo que pasa.
Duele Independiente, duele de verdad.

@MartinchoRoldan

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