Columna de Opinion
Pasado, presente y futuro: una llama que inspira y motiva
Estos días de encierro y aislamiento obligatorio han producido un fenómeno al que debemos prestarle atención y dimensionarlo en su justa medida.
Las redes sociales con la información que en ella circula ocupan por estos días mucho de nuestro tiempo, con seguridad más de lo debido y recomendable.
Sabemos que muchas veces ellas son altamente útiles y otras tantas se las utiliza mal, para desinformar, generar peleas o discordias inservibles para neutralizar adrede lo que es importante o distrayendo nuestra atención para confundirnos.
En medio de ese mar de noticias ocupa un lugar más que importante la cantidad de material dedicado al fútbol.
A toda hora, somos gratamente sorprendidos por imágenes de tiempo atrás, semblanzas de jugadores que fueron importantes, homenajes a los ídolos, recuerdos de goles, jugadas y campañas magníficas. La historia se hace presente con su contundencia incontrastable.
Es interesante la profusión de este material que tiene como hacedores principales a los medios partidarios de los clubes de fútbol y a la gente común, al simpatizante, al seguidor. Por supuesto no podemos minimizar el trabajo de las grandes cadenas periodísticas.
Las imágenes que recibimos nos impactan y sensibilizan. Todas ellas rápidamente nos ubican en el tiempo al punto que recordamos con perfecta exactitud donde estuvimos ese día, con quién y cómo lo vivimos.
Con seguridad, a cada uno de los que leen esta columna le habrá de suceder igual que a mi con cada material que nos llega y reenviamos, provocando las mismas expresiones y produciendo las mismas sensaciones: ¡¡¡Me acuerdo!!! ¡¡¡Que genio el Bocha! !!Estaba ahí ese día con mi viejo!! ¡Justo tuve examen y no pude ir!! ¡¡Lo vi en blanco y negro en la tele!! ¡¡!Ese dia lloré!!! ¡¡¡Qué equipazo!!!, ¡¡Parece que fue ayer!! ¡¡¡Nadie pateaba tiros libres como el Pato ni penales como el Chivo Pavoni!!! !!!Kun!!! ¡¡¡Estuve en Roma, en Córdoba y en el Maracana!!!
El famoso escritor estadounidense conocido como Dr. Seuss escribió una vez: “A veces no sabes el valor de un momento hasta que se convierte en memoria”.
Todo este hermosísimo y emotivo material de archivo tiene la enorme virtud de no ser inventos ni fantasías imaginarias de actores en escena bajo la batuta de un director de cine iluminado.
Por el contrario es el producto de hombres distintos que dieron en su momento lo mejor de sí. Muestras gigantes de entrega con profesionalismo, capacidad y calidad que los hace distintivos. Los convierte en inolvidables.
Somos nosotros, los amantes del fútbol los que los eternizamos y nos hace bien al alma tenerlos en ese lugar sagrado de los mejores recuerdos y echar mano de ellos siempre. Porque cuando decimos orgullosos: Soy del Rojo traemos al presente a todos ellos. Al pronunciar Independiente decimos sus nombres y desplegamos todas esas imágenes que nos hacen sentir bien, porque los vemos nítidamente en su apogeo.
El tiempo no pasa en la pasión futbolera. Pasado, presente y futuro son uno. Son una llama que inspira y motiva.
Pensar en este fenómeno obliga a la dirigencia a mirar, a observar, a pensarse ellos de otra manera. No hubiera habido grandes momentos con enormes hombres sin una acción dirigencial responsable y sensible que lo posibilite.
La vieja máxima no pierde su vigencia por añeja o usada que fuera: “los hombres pasan, las instituciones quedan” pero también es verdad que cuando miramos hacia el ayer sin dudas lo hacemos reconociendo a quienes estuvieron detrás de escena y por delante de las decisiones para que las cosas sucedieran.
Pocos días atrás en una entrevista con Viviana Canosa en televisión, el entrañable Beto Brandoni, cerró su diálogo con un hermoso aforismo de Antonio Porcchia: “Se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo“.
Dicho de otra manera debemos vivir poniendo lo mejor, de la manera más sana y sincera pensando en el conjunto. Así seguro seremos recuerdo.
Hoy pienso al ver lo que las redes producen: Que orgullosos estarán ellos, los protagonistas al verse en los recuerdos que nosotros perpetuamos con amor profundo.
¿No es tiempo ya de tener nuestro museo para que ellos vivan para siempre y marquen el camino.? Son los que nos dicen sencillamente: ¡Es por acá!
