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Columna de Opinion

01/12/2002 – Apertura 2002: recordar, celebrar y aprender

Apertura 2002: recordar, celebrar y aprender

Pasaron 18 años ya de la última vez que levantamos la copa de un campeonato importante de la Argentina. El Apertura 2002.

Una eternidad de tiempo de sequía matizada con las dos Copas Sudamericanas y en menor medida con la Suruga Bank.

Aquel campeonato del equipo del Tolo Gallego, donde brillaron el Rolfi Montenegro, El Pocho Insúa, Lucas Pusineri, el Cuqui Silvera y el Mariscal Milito tiene bien guardado y para siempre el recuerdo y el reconocimiento de todos nosotros.

Son logros en la historia que requirieron esfuerzo, que representaron sueños y esperanzas, trajeron alegría y provocaron ilusión.

Los campeonatos son medallas que el club se cuelga y luce pero a la que debe mirarse ambas caras.

En el anverso de esta medalla llamada campeonato al mirarla recordamos la alineación, las goleadas históricas a Colón, a Chacarita, a Racing, el gol agónico de Pusineri, los cánticos de aquella época, que hicimos y donde estábamos en cada instante. El anverso es la fiesta.

Pero hay un reverso que estamos obligados a mirar porque es el que nos muestra como aquella ilusión se esfumó, el proyecto de grandeza que creímos ver se desmoronó como un castillo de naipes y dio comienzo a la debacle que concluyó con la página más triste. Que continúa con este presente errático y difícil de predecir.

Se debe aprender que siempre un Campeonato es por sobre todo un logro institucional es un etapa alcanzada en un proyecto que lo trasciende porque va mucho más allá. Es la consecuencia de un camino coherente y virtuoso por el que se trabaja. Debemos comprender y aceptar que una institución es un crecimiento continuo, es un camino hacia adelante sin pausa que debe revisarse y renovarse permanentemente. Por el contrario, cuando esto no sucede y la mirada es de corta distancia los beneficios que da un triunfo como un campeonato son efímeros.

Disfruté como todos ese campeonato del que hoy se cumplen dieciocho años. Incluso les hice un álbum a mis hijos con cada número del OLE, que aún conservan, para que tengan para siempre el recuerdo de esa primera conquista de Independiente de sus vidas.

A mi me hizo feliz y mucho. Pero esa alegría rápidamente se esfumó de la misma forma que se esfumó cuando la vivimos en el 2017.

Por eso al recordar y celebrar a los jugadores y al director técnico de aquel equipo maravilloso del Campeonato Apertura 2002, hagamos la pausa necesaria y aprendamos de los errores.

Ya sabemos, no podemos ser campeones siempre, eso es falso, pero si podemos ser protagonistas siempre.

Pero para eso se debe saber que mientras el fútbol juega sus partidos de 90 minutos cada fin de semana, la institución los juega cada día y son juegos de 24 horas. Para que esto sea así se necesitan los mejores que amen la camiseta y sepan jugar.

Y lo mismo que les pedimos a los jugadores en la cancha, debemos exigir los socios a quienes conduzcan la institución.

Celebremos hoy al recordar el campeonato y aprendamos de la historia.

@clauavruj

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