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Columna de Opinion

Siempre seremos el mejor lugar

El libertadores de América aguarda por el fútbol

No acuerdo con la conducta de Cecilio Domínguez como tampoco coincido con los que le endosan que su fracaso como jugador de Independiente lo obliga a no hablar. Se trata de otra cosa.

No comparto porque soy de los que sostienen que hay situaciones específicas que hacen a los vínculos personales y que por ende se deben dirimir en el ámbito privado exclusivamente y/o institucional. Lo contrario, como las manifestaciones públicas descalificatorias solo sirven para el chisme y el escándalo vulgar.

Tampoco es un acto valiente por parte del jugador denostar a una institución a la cual eligió venir y que no era muy diferente de lo que es hoy ya que los actores involucrados son los mismos. Como socios e hinchas y dueños de nuestra identidad tenemos todo el derecho y la obligación de tener viva la memoria de todos los enormes jugadores que nos hicieron grandes.

No nos merecíamos que Cecilio Domínguez nos juzgue por apostar en él para que la historia continúe. Si con algo en el fútbol no se debería jugar jamás es con los sentimientos y pasiones por los que la gente vibra. Es un límite que un jugador debe traspasar.

Incluso esa confesión brutal de cuanto le pesó la camiseta, que además carece de pedido de disculpas, desprestigia a Cecilio Domínguez como mancha innecesaria e injustamente a quienes hasta ayer fueron sus compañeros. Pero de todos modos y dicho lo anterior, me parece también oportuno pensar que nunca es bueno matar al cartero.

Independiente está atravesando desde el olvidable descenso, la peor etapa en su deterioro Institucional. Los dichos del jugador que se visualizaron y fueron comidilla solo corroboran lo que todos sabemos, sentimos y percibimos.

Independiente se presenta ante los ojos de la sociedad como una institución fallida, a la deriva, que confronta dos mundos diferentes: la mala imagen pública que se acrecienta y la pasión con el amor de sus socios e hinchas que no se doblegan ante la realidad buscando el cambio positivo. Un grito desde adentro que avanza día a día.

Hay una coincidencia generalizada en que no nos merecemos este presente. No solo por la historia sino por la magnitud de Independiente, por las potencialidades que tenemos como institución y por las esperanzas que la gente alienta y deposita: futbolísticas, deportivas, educativas, culturales y sociales.

Los dichos de Cecilio Domínguez que tuvieron amplia repercusión me afirmo aún más en mis creencias y valores que son los de muchos, “No tiene ningún valor la pelea continua y el tratar de posicionarse a costas del otro”.

Yo le deseo toda la suerte a Cecilio Domínguez, que pueda dar donde le toque, el doble de lo que no supo dar aquí. Y también le digo: Independiente siempre será el mejor lugar para venir a triunfar, aunque haya malos momentos. Y eso debe respetarse siempre.

Es el mejor lugar, siempre.

@clauavruj

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