Una vieja canción que invita a pensarnos

Es sábado por la noche y llega a mi WhatsApp un mensaje de un amigo muy querido que dice: “Da ganas de llorar cuando recuerdo las noches de copa en la Doble Visera con mi viejo y esta canción por los parlantes de la voz del estadio!!.”

Son épocas en que encontramos tiempo para hurgar en los recuerdos pero además cada reinicio de Copa Libertadores a todos los de Independiente no vernos allí sin duda nos produce tristeza y frustración.

Mi amigo ya pasó los 60 como yo y es socio desde el día que nació. Con el mensaje, vino adjunta la canción en su versión original.
Un recuerdo dispara otro y el mensaje recibido me motivó a responderle casi al instante: “¡Terrible! Yo bajaba del 85 en 7 puentes y cuando llegaba a la cancha ya la escuchabas desde esos parlantes viejos grises con sonido latoso, se te ponía la piel de gallina. Como se me pone ahora al recordarla! Que recuerdo”

“Dale Rojo, Dale Rojo Fuerza garra y corazón….”. Canción que con su estilo de composición y música más el sonido señala el paso del tiempo y refleja otra cultura de los argentinos de tiempos ya idos pero que emocionaba de todas formas porque llamaba a la épica y a esa relación íntima del hincha con su camiseta.

Una canción casi himno, (el himno oficial es otro), que muchos tenemos casi olvidada y los jóvenes en su mayoría no la conocen.
Y me sorprendo a mi mismo porque al escucharla la canto a la par reconociendo que las estrofas estaban todas guardadas en la memoria y en el corazón. Lugares donde anida sin duda la identidad en toda su fuerza. “…Independiente Orgullo Nacional… de Avellaneda sos símbolo triunfal…”. Muchas veces suceden cosas y no sabemos porque.

El día había comenzado con otro mensaje de otro amigo por la mañana compartiendo con disgusto y preocupación la noticia del diario La Nación del periodista Gustavo Carabajal que daba cuenta de un nuevo capítulo vergonzante centrado sobre y dirigentes y socios del club que son investigados por la justicia.

Se deberá entender algún día y definitivamente que las acciones que los dirigentes llevan a cabo no son inocuas para la gente. No pasan desapercibidas. Producen alegrías enormes cuando son las correctas y esperadas pero hacen mucho daño, enojan, y avergüenzan cuando son erradas y/o están en contra del bien común y mucho más si van contra lo legal. No hay nada que lo avale y nunca me resignaré a pensar en que somos así, que es la cultura y que no se puede cambiar. Si se puede y en ello hay y habrá responsabilidad en quien o quienes se proclamen dirigentes y en los que votamos. Ser socios del club nos da esa responsabilidad sobre todo moral.

“…Ardiente y feliz te da su aliento nuestro rojo corazón Dale Rojo, Dale Rojo…”. Y la realidad de Independiente nuevamente me llega ya entrada la noche y poco antes de recibir el mensaje con la canción.

Fue la noticia de Télam que se viralizó dando cuenta de una nueva alarma que se encendió por deudas impagas poniendo de relieve otro ejemplo de mala gestión al momento de comprar jugadores. Es una noticia referida al jugador Benavídez.

Definitivamente el mensaje de mi amigo operó como un bálsamo ante tanta tan mala imagen que ofrecemos con estas noticias que nos llegan cada día. Sin proponérselo o quizás sí porque todos los que queremos bien a Independiente cada día soñamos con ver que nuestro presente fuera diferente, el mensaje fue como una palmada para alentarnos mutuamente y salir a motivar a muchos, a todos.

“Dale Rojo Dale Rojo la tribuna exclamará y al grito de Dale Rojo Dale con amor te seguirá.. “. Así lo re signifiqué, aquel mensaje de mi amigo no fue un lamento por lo que ya no está, sino de agradecimiento por lo vivido, que nos hizo feliz que está allí mirándonos y dándonos la confianza en lo bueno que puede venir en el futuro. Lo bueno que debemos procurar.

“Dale Rojo, Dale Rojo el eterno triunfador… ejemplo de todo el continente nuestra gran institución…”. Tenemos la obligación de reconstruir la institución que hoy luce desvencijada y olvidada, que sea ejemplo en el mundo pero que antes vuelva a ser nuestro orgullo.

@clauavruj

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