Columna de Opinion
100 años de locura y de pasión
Hace un siglo, el domingo 4 de abril de 1920, Independiente lograba su mayor goleada en el amateurismo al vencer por 10 a 0 al Club Atlético Estudiantes en la tercera fecha del campeonato de primera división de la Asociación Amateurs de Football.
Ese día el Rojo formó con Pedro Isusi, Antonio Ferro, Pedro Úcar, Juan Cánepa, Pedro Peruilh, Mauricio Fernández, Pascual Garré, José Peruilh, Clemente Soro, Raimundo Orsi y Carlos Comaschi, mi bisabuelo materno.
Este encuentro debería ser recordado como “el partido de los récords”, ya que además de la victoria más abultada del club —que recién fue superada en 1971 cuando el Rojo venció por 11 a 1 a Platense por la segunda fecha del torneo Metropolitano—, también se registraron otras tres marcas históricas: Independiente señaló por única vez 5 goles en 4 minutos y Comaschi se convirtió en el primer jugador de la institución en lograr 5 tantos en un partido oficial y 3 en 3 minutos.
Los récords obtenidos por Comaschi en el mencionado partido con Estudiantes de Buenos Aires se mantuvieron vigentes por mucho tiempo. Es junto a Manuel “la Chancha” Seoane, máximo goleador del Rojo en el amateurismo, el único jugador del club en meter 5 goles en un encuentro oficial en aquel período de tiempo (1891-1934). Además, su marca de 3 goles en 3 minutos perduró por 53 años hasta ser batida por Eduardo “Naranja” Maglioni, quien jugando para Independiente le metió tres en 1 minuto y 51 segundos a Gimnasia y Esgrima La Plata el 18 de marzo de 1973, registro que es considerado extraoficialmente como un récord mundial.
Más allá de lo inusual del resultado frente a Estudiantes de Buenos Aires, ese equipo de Independiente tenía aspiraciones importantes. Es que en 1919, con 8 jugadores que integraron el plantel de 1920 (Isusi, Ferro, Úcar, Canépa, P. Peruilh, Garré, Orsi y Comaschi), estaba puntero tras 8 fechas disputadas (6 PG y 2 PE) y le sacaba tres puntos de diferencia a Racing cuando el campeonato de la Asociación Argentina de Football fue suspendido por conflictos políticos que derivarían en la creación de la Asociación Amateurs de Football.
Finalmente, aquel equipo de 1920 culminó el campeonato de la Asociación Amateurs de Football en una mentirosa octava posición debido a la ausencia de sus jugadores titulares en varios encuentros por diversos motivos, entre los que se destacan las lesiones sufridas por José Ventureira, Pedro Peruilh y Comaschi en partidos de la Federación Comercial. Esta federación nucleaba equipos de empresas que obligaban a sus empleados a jugar para no perder su trabajo. Dichos enfrentamientos se llevaban a cabo el mismo día que los de primera división y el juego brusco era moneda común.
Mi bisabuelo, Carlos Camilo Alejo Comaschi, o simplemente “el Kalisay”, como era conocido por ser bajito y gordito al igual que la botella de un popular aperitivo de la época, llegó a Independiente en 1919 proveniente de Estudiantil Porteño, donde era el centrodelantero titular. Anteriormente había jugado en Riachuelo (1913), Racing (1914-15), Estudiantil Porteño, (1916) y Sportivo Barracas (1917).
A pesar de haber jugado en muchos clubes y de haber conseguido sus principales éxitos deportivos en el eterno rival, mi bisabuelo nunca dudó a la hora de elegir al equipo de sus amores, ese siempre fue Independiente y así se lo supo transmitir a su hijo. Por eso hoy, a un siglo de su mejor partido, puedo decir con orgullo que Soy del Rojo.
Bibliografía:
Alma Roja. Independiente: ejemplo de amateurismo. Claudio Gustavo Keblaitis. Avellaneda. 2007.
Agradecimientos:
Pablo Kersevan, Archivo Histórico Independiente, Oscar Barnade, Marcos O. Fernandez, Luis Fernando Paso Viola Frers, a mi amigo Gustavo González y a mi familia por hacerme hincha de Independiente.