Columna de Opinion
¿Cómo entusiasmarse?
En apenas 45 días habrá elecciones en Independiente.
Esto de por sí es bueno. Una vez más en la larga historia de la institución los socios elegiremos en absoluta libertad las autoridades en las que depositaremos nuestras creencias e ilusiones de que harán las cosas bien, que no defraudarán las promesas que nos realizan y que nos harán volver a estar orgullosos de nuestra identidad.
Pero la pregunta es ¿cómo entusiasmarse cuando falta tan poco y no se vislumbran propuestas innovadoras?
¿Cómo entusiasmarse si la continuidad del presente sabemos no garantizará los cambios estructurales como Independiente necesita y las alternativas no terminan de consolidarse?
¿Cómo entusiasmarse si solo escuchamos de nombres que se repiten a lo largo del tiempo y que ya tuvieron distintas responsabilidades en el club?
¿Cómo entusiasmarse con insistencias en un mismo modelo o con personas que no tienen experiencia en gestión y que sabemos no tendrán el tiempo necesario que se necesitará?
Es difícil para todos salir de la sensación de frustración.
Cada socio tiene un club ideal en su cabeza. Conviven los que lo piensan solo como club del fútbol profesional con todo lo que ello implica y aquellos que lo pueden dimensionar además, en su función social plena a través del deporte, la educación, la recreación, el desarrollo humano y la contención. Todos los pensamientos son válidos, y por ello es necesario además de los hombres el programa que se implementara.
Nada o muy poco está a la vista hoy. Y ya no hay mucho tiempo.
El presente es mediocre, pobre, no entusiasma y el futuro no se logra vislumbrar.
No queda mucho tiempo para enamorarnos y que podamos todos entusiasmarnos de nuevo.
Ayer recordamos el histórico 3 a 0 a Cruzeiro.
El brillante pase a la final de la Libertadores que ganamos en 1975. Noche mágica del gol olímpico de Bertoni y fútbol pleno de Percy Rojas y un equipo imbatible.
Aquella noche estuve en la Cordero Alta.
Yo hoy quiero volver a sentarme en la platea con mis hijos y disfrutar de eso mismo en el presente y que ellos se lo puedan contar luego a mis nietos emocionados diciéndoles con los ojos humedecidos: ese día yo estuve ahí sentado gritando y aplaudiendo.
Para que ello ocurra debe haber un club serio, sólido y grande por detrás y por delante.
De esto se trata esta elección. Ni más, ni menos.
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