Columna de Opinion
Sin respuestas

En la vida de las instituciones nada es por casualidad. Los resultados son consecuencias de las acciones de los hombres, siempre ha sido así y lo será en el futuro.
En ellas no se puede dar lugar al pensamiento mágico. Por el contrario debe imperar el pensamiento crítico, la búsqueda y aceptación de los diagnósticos y una gestión de altura y propositiva.
Hoy no hay respuestas correctas dentro de la cancha en un partido porque no las hay por fuera. No llegan conductas y actuaciones que inspiren y motiven en cada juego porque tampoco las hay en los espacios de conducción y toma de decisión.
A la alegría de la pasión que como simpatizantes queremos dar rienda suelta cada semana se le contrapone la realidad que es muy dura, pobre y triste.
Al orgullo de ser el Orgullo Nacional, debemos agregarle la valentía de reconocer nuestras debilidades y flaquezas.
El club de los socios ha sido apropiado por un mediocridad que amenaza quedarse por mucho más tiempo aún y preocupa que no se vislumbra claramente quiénes y cómo intentarán evitarlo hoy.
Apenas faltan poco más de dos meses para las elecciones y caminamos en la nebulosa.
No habrá soluciones mágicas, no se puede insistir con las mismas fórmulas y no se pueden improvisar dirigentes.
Hay un equipo sin alma en la cancha y hay una institución cuya alma está dormida esperando que alguien llame para despertarla.