Columna de Opinion
Opinión
Soy una especie de creyente sin iglesia. Dejé de ser socio de Independiente hace rato: los vaivenes políticos del club desalentaron mi bolsillo, digamos. Pero la sangre es otra cosa.
Lo sintetizo asi: cómo dejar de “ser del Rojo” si viste jugar a Bochini y, encima, lo viste con Bertoni y, encima, ya en Siglo XXI, lo viste al Kun desparramar por el piso a la defensa entera de Racing, arquero incluido.
En esa magia creo. El resto es politiquería.
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