Columna de Opinion
Si si señores, yo soy del…

“Si si señoressss, yo soy del…”. Yo soy hincha del fulbo. De estudiar el fixture, de seguir cada uno de los partidos desde la noche del viernes hasta la tarde del domingo, de memorizar los resultados, la tabla y los goleadores. Y, por supuesto, de seguir unos colores saltar en la tribuna, gritarle a algún zaguero dormilón, alentar al wing para que la corra hasta el banderín del córner.
“Si si señoressss, yo soy del…”. La historia es que después de tantos años este domingo descubrí que uno no es sólo hincha de los colores sino también de un equipo. El mío: Santoro, Comiso, Miguel Ángel López, Pancho Sá y Ricardo Elbio Pavoni; Raimondo, Galván y Magglioni; Ricardo Enrique Bochini, Balbuena y Bertoni, que trajo la primera Intercontinental. Era ese, que con algunos cambios Gay “atajando penales”, Villaverde y Semenewicz, siguió dando alegrías.
“Señores yo soy del rojo del barrio loco de Avellaneda, lo sigo a todas partes todos los años damos la vuelta…”. Mi viejo hincha por los mismos colores, pero por otro equipo, el de la delantera seleccionada que nos dio la victoria frente a los ingleses con el gol de Grillo (la del ‘53 no la de Maradona del ‘86). Para él, hablar de fútbol, es: Michili, Cecconato, Lacasia, Grillo y Cruz.
“…Si querés dar la vuelta no te quedes con ganas hay una calesita en el parque Lezama…”. Y para mi abuelo, los mismos colores y otro equipo: Fernando Bello, el vasco Lesea, Coletta y de la Mata, el paragua Arsenio Erico y Antonio Sastre, como abanderados del campeón del ‘38.
“Aunque nos lleven la contra, todos los cuadros demás, será siempre…”. Son los “pibes” los que dan personalidad al equipo, como Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau para la Máquina del River de los ‘40, o el Estudiantes del ‘30 con Escopeli, Lauri, Ferreira, Zozaya y Guaita. Y aunque ahora los jugadores se compren, vendan y salten el océano, hay todavía un sentimiento de pertenencia, como con el Kun Agüero que no llegó a jugar un par de años y ya se convirtió el ídolo moderno de la hinchada.
“… Y no como la Acadé, que ni en la B salió campeón…”. Ya lo dije, soy hincha del fútbol, de un cuadro y de un equipo. Ahora me falta contar de qué jugador.
“La paré en el medio, le amagué a uno, piqué, encaré al arquero y cuando salió a achicarme se la toqué de emboquillada. Sabes qué bronca pá, pegó en el travesaño, pero el uhhhhh de mis compañeros me gustó más que hacer el gol”.