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Columna de Opinion

El Rojo del 94, un hito que marcó a mi familia

Hoy me desperté y vi en uno de los grupos de WhatsApp que integro del Rojo y me entero que se cumplen 26 años del campeonato del 94. Qué hermoso recuerdo.

Esos equipos que duran para toda la vida y que aprendés a repetirlos de memoria: Islas; Craviotto, Rotchen, Serrizuela, Luli Ríos; Cagna, Perico, Gustavito López, Garnero; Usuriaga y Rambert.

Independiente llegaba a jugar ese último partido frente al Huracán de Cúper, que tenía varios buenos jugadores. Sin embargo, el que más me preocupaba era Moralito, que en ese partido no la tocó.

El folklore de ir a ver un partido de esa magnitud era impresionante. En esa época íbamos muchísimo a la cancha con mi papá y mi hermano. Siempre llegábamos temprano para poder ver la reserva.

Mi viejo siempre con la radio en la oreja. Se prendía un pucho y comentaba con otros hinchas los partidos en otras canchas o los cambios que analizaban los periodistas que hacían campo de juego. Lo lindo de esas imágenes son los abrazos que uno se da con gente desconocida pero con el sentimiento como denominador común y el amor por el rojo.

Me acuerdo de mi papá peleándose por un hacer lugar en la Cordero Alta: “Córrete pelado, la puta que te parió”; y la gente bajando al pobre pelado por haber llegado más tarde.

Sol, fiesta, la famosa reja que se habló en toda la semana y un justo e inolvidable campeonato.

El rojo le pegó un baile de antología al “Globito”. Nunca vi tanta gente en la cancha. Quizás los detalles no son intactos pero esa sensación de ser y sentirte campeón te queda para siempre. Encontrar el 504 estacionado en alguna calle de Avellaneda, los bocinazos y los festejos en la pizzería Muraroa de Ciudadela.

Escuchar a los protagonistas en la radio zapineando entre Competencia y la Oral Deportiva, para volver rápido a casa y no perdernos ni un minuto de Fútbol de Primera. Pero tranquilos, tengo un TDK nuevo para grabar todo el programa y mostrárselo a mis hijos.

Mi viejo ya no está, pero ese folklore lo seguimos haciendo con mi hermano y con mi hijo Dante. Por eso, hoy, a 26 años de ese hermoso e imborrable recuerdo, no cabe otra palabra que decir: señores Yo soy del rojo de Avellaneda….

@GuidoValeri

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